En muy poco tiempo he tenido que visitar varios tanatorios (por desgracia), y siempre me viene la misma idea a a cabeza; la industrialización de la muerte.
No debería sorprenderme, pues todo está dominado por el mercado, y por supuesto, la muerte no iba a ser menos. Es algo que existe y existirá siempre; haya crisis o no, la gente se muere. Y como la gente se muere, hay que enterrarla (o incinerarla), y eso cuesta dinero... mucho dinero. Y por supuesto, hay quien se gana la vida con ello.
Pensad un momento todo lo que se mueve alrededor de una muerte:
- El "seguro de muertos" que mucha gente paga durante toda su vida, para que sus descendientes no tengan que pagar nada cuando ellos mueran
- El ataúd / La urna
- La corona de flores
- El alquiler de la sala del tanatorio
- El coche funerario
- El alquiler de los coches de cortesía
- Los recuerdos que se entregan al finalizar la ceremonia
- El nicho (alquiler o propiedad)
- El propio entierro / incineración
- Las tasas del papeleo (últimas voluntades, testamentos,...)
- El ataúd / La urna
- La corona de flores
- El alquiler de la sala del tanatorio
- El coche funerario
- El alquiler de los coches de cortesía
- Los recuerdos que se entregan al finalizar la ceremonia
- El nicho (alquiler o propiedad)
- El propio entierro / incineración
- Las tasas del papeleo (últimas voluntades, testamentos,...)
Y muchos otros gastos que SEGURO me dejo y que no conozco porque los tres entierros que he vivido "en primera persona" han sido de personas que han pagado ese seguro que antes comentaba, y la compañía ha corrido con "todos" los gastos.
Y volviendo al hecho de haber vivido tres muertes en primera persona, os comento lo que sí que me ha parecido altamente indignante. Se muere un ser querido... y llamas a la compañía a la que esa persona lleva años pagando. Te citan en un tanatorio (normalmente, en mi zona geográfica, el de cerca del hospital de Bellvitge), y te dan una persona de contacto. Te presentas allí con todos los papeles que te han pedido (en cuestión de horas, pues todo debe ser muy rápido) y empieza el espectáculo.
Se presenta una persona con cara de pena ensayada (ei... no lo critico, es su trabajo, y lo veo normal). Te lleva a una sala y te explica lo que el fallecido (o fallecida) tenía contratado... y es ahora cuando llega lo guapo.
La corona es esta, la barata, pero tenemos también esta y esta, y claro, como ha sido una persona muy buena... y mire, mire, este es el ataúd que entra, es el barato... y va sin cruz... por XXX euros puede coger este, y por YYY euros añadirle esta cruz. ¿Que es para incinerarlo? Esta cutre-urna es la que entra, pero tenemos estas en mármol... y como lo incineran, y es más barato, le podemos devolver dinero, claro que, como fue tan bueno/a quizás mejor coger otro ataúd mejor con la diferencia, ¿no?
A todas estas, los familiares allí, con los ojos inflados por la reciente pérdida, y dispuestos, en muchos casos, a decir que sí a casi todo para acabar rápido y así tener donde velar a la persona muerta (o porque no tienen la cabeza como para pensar demasiado).
Y para rematarlo... tanatorios en plan multicines... 4, 6, 15 salas, con sus respectivas familias en las puertas. Y lo peor, el momento de la ceremonia (yo no soy creyente, y me indigno, así que no quiero ni pensar en lo que debe pasar por la cabeza de un beato...). Si hay suerte, la ceremonia se hace en la iglesia de turno, pero si no hay sitio... se opta por la capilla del tanatorio: lo único que falta es una máquina de aquellas de "coja usted su turno", y un tío con un megáfono gritando: "Circuleeeeeeeeeeen".