Al parecer, esta es la última frase que uno de los dos Guardias Civiles pudo decir antes de que los etarras les dispararan a la cabeza, tanto a él como a su compañero. No se si será cierto... pero en caso de serlo, ese pobre chaval murió diciendo una gran verdad.
Hay muchas maneras de luchar por tus ideales, y matar no debería estar entre ellas.
Sois unos asesinos... y unos hijos de puta.
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