Imaginad por un momento que sois propietarios de una empresa de 350 empleados, todos ellos supuestamente cualificados, elegidos entre un elevado número de candidatos. Todos y cada uno de ellos cuenta con una gran responsabilidad, y por cuestiones contractuales, te es muy complicado despedirles.
Imaginad también que el primer día de trabajo llegan todos puntuales, ocupan su puesto y empiezan a organizarse, de manera que entre todos deciden pedirte un aumento de sueldo bastante superior al IPC. Dada la estructura de tu empresa, no puedes negarte, y se lo concedes.
No contentos con esto, se dividen en varios grupos (bastante mal avenidos) y el que tiene más miembros nombra “jefe” a uno de ellos (puede que ni siquiera coincida con el que tu tenías pensado que fuera el jefe).
Los que no están de acuerdo con el nombramiento se dedican a “joder la marrana” y a criticar todo lo que el “jefe” propone. Muchas de las veces, si las decisiones las tuvieran que tomar ellos, serían las mismas… pero claro, para que tú no felicites al “jefe” y sus amiguitos, protestan y critican (aunque raramente explican la razón o proponen alternativas).
Pero esto no es todo… cada vez que les convocas a reuniones para tratar temas importantes, muchos de ellos llegan sin habérsela preparado, y se limitan a posicionarse a favor de su amiguito o en contra de los del otro bando.
Con el dinero de tu empresa se montan una piscina en el mismo edificio, se compran portátiles, se cambian los asientos…
No contentos con esto, empiezan a faltar sin previo aviso y sin justificación… eso sí, no se olvidan de pasarte las dietas y los gastos cada mes. Y muchos de los que van se dedican a leer en periódico o incluso a dormir en su puesto de trabajo.
Esa empresa se llama Parlamento Español.
Imaginad también que el primer día de trabajo llegan todos puntuales, ocupan su puesto y empiezan a organizarse, de manera que entre todos deciden pedirte un aumento de sueldo bastante superior al IPC. Dada la estructura de tu empresa, no puedes negarte, y se lo concedes.
No contentos con esto, se dividen en varios grupos (bastante mal avenidos) y el que tiene más miembros nombra “jefe” a uno de ellos (puede que ni siquiera coincida con el que tu tenías pensado que fuera el jefe).
Los que no están de acuerdo con el nombramiento se dedican a “joder la marrana” y a criticar todo lo que el “jefe” propone. Muchas de las veces, si las decisiones las tuvieran que tomar ellos, serían las mismas… pero claro, para que tú no felicites al “jefe” y sus amiguitos, protestan y critican (aunque raramente explican la razón o proponen alternativas).
Pero esto no es todo… cada vez que les convocas a reuniones para tratar temas importantes, muchos de ellos llegan sin habérsela preparado, y se limitan a posicionarse a favor de su amiguito o en contra de los del otro bando.
Con el dinero de tu empresa se montan una piscina en el mismo edificio, se compran portátiles, se cambian los asientos…
No contentos con esto, empiezan a faltar sin previo aviso y sin justificación… eso sí, no se olvidan de pasarte las dietas y los gastos cada mes. Y muchos de los que van se dedican a leer en periódico o incluso a dormir en su puesto de trabajo.
Esa empresa se llama Parlamento Español.
2 comentarios:
Lamentable. Ver el aspecto del parlamento durante el debate sobre el estado de la nación (teóricamente el más importante del año) me llenó de indignación. ¿Se puede saber qué hace esta gente? En mi empresa tengo que fichar cada día para demostrar que he estado trabajando. Propongo que hagan lo mismo con un descuento en el sueldo de 300€/día por cada día que no se presenten a la sesión, y 500€/día por cada cabezadita que se echen. ¿Quien aprueba esta moción?
Agudo post. Alguien podrá decir que es demagogia, pero es que... ¿acaso no se presta la actitud de esos empleados para dar rienda suelta a la demagogia popular?
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